martes, 31 de julio de 2018

EL DÍA MÁS FELIZ DE MI VIDA

Si me conoces desde hace un tiempo, sabes que todo empezó al revés. 
Nos enamoramos, tuvimos a Mateo, nos casamos POR CIVIL, y henos aquí. 
Yo estaba embarazada cuando nos juntamos ante la Ley, por lo que decidimos "postergar" la ceremonia Religiosa para más adelante. Confieso que aunque soy un poco fresh, quería LA BODA de mis sueños, el vestido de princesa y la fiesta más grande del mundo. Pero la vida, las circunstancias, y las razones te hacen ver las cosas de otra manera.

Entre bromas decíamos y prometíamos que al cumplir los 5 años de casados, retomaríamos los planes y por fin nos casaríamos ante Dios. Cabe resaltar que somos católicos, y era un plan que cumpliríamos sí o sí. 
¿Cuándo? Aún no lo sabíamos, pero algo que si tenía claro, era que mi Mateo llevaría los aros y participaría de todo la ceremonia. Lo imaginaba con su trajecito y zapatillas, emocionado por sus papás. 

Casi cinco años después, y les juro que no lo planeamos tanto, decidimos CASARNOS, por fin. 
Fue hace muy poquito, en una ceremonia muy pequeñita. Sólo estuvieron nuestros papás, hermanos y testigos. Pero el asistente principal fue mi Mateo. Decidimos hacerlo en secreto y así se lo contamos a Mateo. Él, lógicamente, NO sabe guardar secretos. Se emociona y desespera, y empieza a contarle a todo el mundo. Pero entendió tan al pie de la letra la misión que tenía (que era la de guardar el secreto) que sólo decidió contarle a sus abuelos y amigos cercanos jajaja.


A sus 4 años tenía muchas dudas. ¿Por qué se casan recién? ¿Por qué si ya son esposos? Difícil tarea. Tan difícil como la de responder al ¿Cómo vienen los bebés al mundo?. Pero poco a poco, con mucha paciencia e imaginación, fuimos resolviendo sus dudas.

El día más feliz de mi vida se fue acercando, y digo de mi vida porque lo mejor de todo fue gozar y ver la emoción con la que Mateo vivía toda ésta etapa. La emoción que le ocasionó llevar el mismo traje que su papá. La emoción por llevar nuestros aros al altar. La convicción cuando el Padre le preguntaba algunas cosas, y la seguridad y amor que tuvo durante toda la ceremonia.

Se tomó el papel en serio. Sabía como sería su ingreso a la Iglesia y como debía llegar hasta el Altar. Se sentó super tranquilo y escuchó toda la ceremonia. Se emocionó con nosotros y posó tremendamente en cada una de nuestras fotos. 

Cuando tuve a Mateo en mi pancita, sabía y soñaba con éste momento. Mi sueño se cumplió y fue el día más feliz de mi vida, de nuestras vidas. 

La Familia BEE