miércoles, 27 de noviembre de 2019

¿Qué Pasó y cómo fue? Lo que no conté aún...

Probablemente éste sea el Post más difícil, largo, entrañable y complicado hasta ahora.

No es fácil mirar hacia atrás y recordar lo que tu subconsciente quiere borrar.
Yo no recuerdo exactamente lo que pasó ni como fue esa noche. En parte, por el mismo estado de desorientación en el que me encontraba, pero además porque mi memoria se encapsuló y decidió olvidar todo. O al menos, así quiero pensar.

Pues bien, cómo les conté días atrás, me dio MENINGITIS BACTERIANA.
Y muchas personas me han preguntado por qué. "Seguro por que no comes bien" "Estás muy flaquita" "Seguro te contagiaste"... y muchas razones más que todos suponían.
Clínicamente hablando, estuve con las defensas bajas, anémica, nunca me vacunaron contra ésta enfermedad y pues me contagié. Así de simple.

Pero yo prefiero verlo con otra perspectiva.
Prefiero y me gusta pensar que Dios tiene un plan para mi y ésta una razón de ser.


Veámoslo así:
Imagínate que tienes todo en la vida (lo que realmente necesitas), pero no te has dado cuenta. Y de la noche a la mañana ¡PUM! todo se va. Incluidas las fuerzas para vivir.
Así me pasó.

Una tarde estuve en una fiesta infantil. Ese día me desperté, alisté y llevé a Mateo al cole, seguramente lo apresuré para no llegar tarde. No recuerdo qué desayuné y seguramente fue medido. Después fui al gimnasio como todos los días, regresé a casa y a recoger a Mateo. Es, finalmente, lo que hacía todos lo días. Así de monótono.

Mateo y yo estábamos en una Fiesta Infantil
Esa tarde sentí que me iba a resfriar. Me empezó a doler ligeramente la cabeza. No recordé sino hasta después, que toda esa semana sentía malestar de resfrío pero como mis días eran full, pues ni caso le hice.
No me apeteció nada de la fiesta y no disfruté de los dulces ni del Show.
Regresamos a casa, me abrigué porque sentía frío, vestí a Mateo y nos alistamos para ir a Misa. Todos en familia, como siempre quise.
Mi semblante ya no era el mismo, mis ánimos y concentración tampoco. Solo quería irme a casa, meterme en mi cama y dormir hasta el día siguiente.
Los minutos eran eternos. Mateo dormiría esa noche con mi mamá. A y yo tendríamos un tiempo para nosotros después de mucho tiempo. ¡Y no le podía fallar!
Pero, insisto, yo no era la misma. Ese pequeño dolor se volvió una migraña, sentía que me desvanecía y cada vez era menos soportable. Las náuseas podían más que yo y no podía hacer nada. La fiebre empezó a sofocarme al punto que decidí cambiarme de ropa. Hasta ahí...

Lo demás sólo son recuerdos, vanos recuerdos ya en la clínica, amarrada a cables, muchas agujas en los brazos y muchos gritos de mi parte. El diagnóstico y el pronóstico no eran buenos.

Así fue que todo pasó, sólo en un par de horas.
Desperté un día y medio después con ningún recuerdo de lo sucedido. Todo me lo contaron en segundos.
Yo quise saber más, pero recordarme e imaginarme así sólo hace que mis ojos se llenen de lágrimas. Por la cantidad de medicamentos y lo débil que estaba debía quedarme internada una semana (mínimo), aislaron a Mateo y lo pusieron en observación y no lo pude ver durante esos días.

El día del Alta (por fin vería a Mateo)

El mejor reencuentro
Ahora lo recuerdo todo y sólo me queda reír con un nudo en la garganta.
En ese momento creí que todo ya había pasado. Dios me había dado una nueva oportunidad y ya. A la vista no tenía secuelas graves, las enfermeras se sorprendían de mi rápida recuperación, la doctora me felicitaba por haber resistido el tratamiento, mi familia daba gracias a Dios por haber despertado.

Ni siquiera yo sabía que ese momento en el que desperté, ese momento en el que sentí que lo peor ya había pasado, sería sólo el inicio de todo... de toda la recuperación y la verdadera muestra de cuán fuerte podía ser.

Pero eso será en el siguiente capítulo.
Bendiciones,
Karla.

martes, 5 de noviembre de 2019

Día de todos los Santos - Dulces y disfraces

Hace un año decidimos cambiar un poco las tradiciones en casa. Desde el año pasado decidimos celebrar, mejor, el día de Todos los Santos.

Somos católicos, como muchas de las personas que nos leen, y sí, confieso que años atrás nos aprovechábamos del 31 de Octubre para disfrazar a Mateo y comer algunos dulces. Aprovechando que muchos aquí "celebran" Halloween. Nunca tuvimos una mala intención y tampoco nunca lo disfrazamos de algo terrorífico, simplemente era una buena excusa para ser parte de una tradición.

Pero aún sin una mala intención y sin ánimos de ofender a nadie, "esa" no es nuestra tradición ni costumbre. Mateo es un niño muy alegre y juguetón, y como todo niño quiere vivir cada etapa de la mejor manera. Sintiéndose parte de todo lo que sus amigos disfrutan y de todo lo que está de moda. Y nunca le hemos negado la opción de vivir así y de ser feliz.

Pero si existe una alternativa que como padres consideramos más sana y cuya causa es más noble, siempre se la vamos a ofrecer para que él sea capaz de vivirla, experimentarla y disfrutarla también.
En éste caso le contamos sobre la Celebración del Día de todos los Santos.

A sus cortos 5 años y medio, es capaz de entender muchas cosas y el por qué. No necesitamos bombardearlo de tantas creencias ni de tanta información. Pero así como le es fácil observar y aprender comportamientos, tendencia y actitudes, que están bien o no,  de otros niños y del mundo que lo rodea, también es capaz de entender y diferenciar el bien y el mal en base a valores que desde casa le inculcamos. Y hablamos de valores mas no de parámetros. 

Y por esa fecha, en la Iglesia a la que asistimos realizaron una fiesta para todos los niños, con la misma temática la cual consistía en disfrazarse de su super héroe favorito o ¿por que no? de algún Santo o Santa que ellos conozcan, recibir dulces y disfrutar de un lindo show infantil. 
Pensamos que por quinto año consecutivo sería el Hombre Araña o el Capitán América, al cuál nos tiene acostumbrados a todos en casa. Pero como es él, totalmente inesperado, éste año decidió representar a un Hermano Consagrado. Pero no a cualquiera y no de cualquier manera.

El super héroe de siempre

Éste Año
Aún me sorprende lo perspicaz y observador que es Mateo. Nos enumeró las características que observaba en él, como la de llevar una Tablet Ecualizadora en mano para manejar el Sonido. Me pidió se la hiciera de cartón para que estén igualitos. Y de la ropa o disfraz también nos encargamos. 
Al final nos divertimos y reímos tanto en el proceso, tanta maquetería en la Universidad me ayudó a cortar y pegar, y el resultado... pues sólo véanlo ustedes.

El Proceso

El Proceso

Reciclamos el cartón para la Nave de Paw Patrol

Resultado de la Tablet Ecualizadora

Mateo y el Hermano Raúl

Gracias por leernos y compartir experiencias con nosotros. La tolerancia y el respeto es mutuo, tanto para los decidimos celebrar o no una Festividad. Siempre hay alternativas mejores para mostrarle a nuestros hijos, que los ayuden a crecer más fuertes, nobles y fieles a su inocencia y corazón.

Bendiciones,
Karla.