lunes, 3 de febrero de 2020

Los pequeños milagros detrás de una Enfermedad

Hace poco volví a ver "Milagros del cielo", peli que si aún no han visto se las recomiendo un montón. Al final de la película, mencionan una frase citada por Einstein, que dice:
"Hay dos maneras de vivir: Se puede vivir como si nada es un milagro o puedes vivir como si todo fuera un milagro"...

Cuando empecé el tiempo de recuperación, después de la clínica, estaba tan cansada, molesta y resentida no sólo conmigo sino con Dios, y simplemente dejé de dar las gracias por estar viva.
"Estar completamente bien" se veía tan alejado y utópico que dejé de notar que a mi alrededor, habían sucedido y seguían sucediendo PEQUEÑOS MILAGROS, llenos de puras muestras amor y bondad.
Y es que muchas veces, vivimos sólo por vivir olvidando el verdadero sentido de por qué estamos aquí.


Hoy quiero contarles, de aquellas muestras de amor que estuvieron a mi alrededor todo el tiempo, y que no fue hasta hace poco que pude recapitular y contar.

- Mateo no iba a dormir conmigo la noche que todo pasó, tenía planeado pasar la noche con sus abuelos. Fue así que no fue testigo de lo mal que estuve y de ese modo me pudieron llevar por emergencias sin tener que cargar con él.

- Esa noche le pude decir a mi esposo, en medio de mi inconsciencia, que me llevara a Emergencias porque el dolor de cabeza era incontrolable. De lo contrario, él no hubiera reaccionado rápidamente, lo que fue la clave para estar ahora aquí.

- Recibí el Sacramento de la Unción de los Enfermos por parte de un Sacerdote mientras me encontraba en Traumashock, y estoy segura que me dio la fortaleza espiritual necesaria para despertar.

- Muchas personas estuvieron con mi familia buscando la manera de ayudar, ya sea trayendo médicos especialistas, ayudándonos con el carro cuyas llantas del auto se acababan de picar, quedándose y cuidando de Mateo para que no notara mi ausencia o, simple y principalmente estando con ellos física y espiritualmente en ése momento tan difícil.

- Una doctora neuróloga, joven y segura de sí, atendió mi emergencia de media noche y reaccionó rápido sabiendo que se trataba de una Meningitis Bacteriana. Lo cual agilizó la aplicación de medicamento, y lo cual fue también la pieza clave para estar ahora aquí.
Estaré eternamente agradecida Dra. Úrsula.

- A pesar de tratarse de una enfermedad altamente contagiosa y peligrosa, y a pesar de que Mateo pasa todo el tiempo conmigo, no salió afectado y su salud no se vio implicada.


- Aunque lo quisimos por muchos meses antes de enfermar, Dios no quiso que quedara embarazada sino hasta después, de lo contrario hubiera sido totalmente perjudicial para el bebé.

- Sin saberlo ni imaginarlo, dos años atrás me reencontré con Dios en un retiro Espiritual, de esos a los que muchas veces uno asiste por obligación.
Ahora estoy segura que fue el modo de estar preparada para esos momentos. Y desde entonces he conocido a muchas personas, que se unieron en oración por mi recuperación. Gracias.

Mi Familia de corazón

Desde que ingresé por emergencias, me dieron 48 horas para reaccionar lúcida y sin secuelas al medicamento, era lo que todos esperaban con mucha Fe.
Pero desperté antes de las 24 horas, pensando que todo era un sueño y dispuesta a irme a casa con mi Familia como si no me hubiera pasado nada.

Pero como les conté, olvidé que ya era un milagro estar viva y sólo quería respuestas a ¡Por qué no podía ser la de antes!. Y mientras tanto y a pesar de mi rebeldía, Dios me siguió dando muestras de que los milagros siguen siendo diarios y de que no los estaba viendo.

- Volví a recibir el Sacramento de la Unción de los enfermos, que desde entonces me fortaleció hasta recuperar la Fe.
- Toda mi familia se acercó más a Dios, confiando en Él hasta el día de hoy.
- Muchas personas siguieron orando por mi pronta recuperación. Incluido Mateo que se acostaba conmigo haciendo Rosarios y ofreciéndolos por todos aquellos que no tuvieron la oportunidad que yo tuve.
- En los momentos de mayor desesperación y anhelo de respuestas a mis secuelas, una vocecita me habló al oído haciéndome sospechar que estaba embarazada, lo que impidió que me hiciera una resonancia magnética al cerebro, que pudo haber sido perjudicial para el bebé.
- La inflamación que tenía en el cerebro disminuyó sólo con el tiempo y con mucha Fe, ya que no pude tomar medicamentos por el embarazo.

Y ahora que ya todo pasó, puedo decir que...


¡SÍ! Hay milagros en todas partes, en cada momento y en cada persona. Y yo lo se.
Si empezamos a verlos, viviremos mejor y con más ganas. 💛💛

jueves, 2 de enero de 2020

¿Qué fue de mi recuperación y cómo estoy?

Primer Blog del Año y el segundo más difícil pero el más largo. ¿Por qué? Porque recordar es volver a vivir... Hoy puedo decir POR FIN que ya todo pasó. En serio, vivita y coleando.

Pero si hace meses atrás, alguien me hubiera dicho que hoy estaría escribiendo ésto, probablemente no le hubiera creído. ya que en esos días, en los que mi Fe tambaleaba y la autocompasión se apoderaba de mi, pensar que todo pasaría era sólo parte de un sueño. Y lo dije, ni siquiera yo sabía que todo estaba a punto de empezar.

Una de las frases más comunes que escuché en aquellos meses, fue "Ten paciencia", "tiempo al tiempo", seguido de un "aprovecha éstos momentos para encontrarte contigo misma". 
Cuando lo único que quieres es estar bien y sentirte como siempre, éstas frases son sólo repetitivas. Nadie entiende lo que sientes hasta que lo vive. Lo digo yo que aprendí a ser más tolerante con los demás, después de lo que me pasó.

Una semana del alta. Pude celebrar el cumpleaños de mi hermano

Mientras que para muchos todo pasó muy rápido, para mi fue una eternidad. 


PRIMER MES
Me acostumbré a hacer  lo mismo desde que despertaba hasta que me acostaba. Por lo menos el primer mes. Y con lo mismo me refiero a no hacer mucho. 
Intenté hacer las cosas de antes, porque según yo todo estaba bien. La primera semana no sentí grandes secuelas, sólo un fastidio en la visión cuando iba de copiloto en auto, pero más que eso no. Intenté manejar y hacer el mismo esfuerzo de antes, intenté maquillar y, aunque no lo hice mal, me costó demasiado, una hora se me hizo una eternidad y empecé a sentir pequeños vértigos y esa sensación horrible de estar inclinada todo el tiempo. Por si no fuera poco, esa misma sensación me empezó a generar ansiedad, y la ansiedad trajo consigo fuertes ataques de pánico, y esos ataques de pánico terminaron por aislarme sola en casa porque ese era el único lugar donde me sentía segura. ¿Wao no? Nunca lo conté porque sentía mucha vergüenza. Yo no era la misma y eso me estaba matando. Empecé a perder la Fe.

Nadie entendía los sentimientos que tenía por todo eso, las Neurólogas (porque fueron varias) decían que era parte del proceso y que hasta que no pasara el primer mes desde mi alta no podían hacer mucho. Las pequeñas secuelas leves estaban empezando a florecer, se estaban haciendo notar y cada vez me sentía más incomprendida. No podía leer y fijar la vista me costaba mucho, por lo que los libros que me ayudaron por mucho tiempo a mantener mi vida Espiritual activa, no me servían de mucho. Tampoco podía escribir y el plan de retomar el Blog era algo alejado.

Trataba de entender porque me estaba pasando ésto a mi. La irritación y el mal humor se apoderaban de mi. No podía jugar con Mateo, no podía sacarlo a pasear. Ni siquiera podía hacer un simple mercado porque salir de casa implicaba hacer esfuerzo y no podía hacerlo. Sentía que descuidaba todo. Mi casa, mi familia, mi matrimonio. A mi misma. Y, era tan simple, todo era cuestión de tiempo. Pero en esos momentos, qué difícil era verlo así. Esa Karla, acostumbrada a tener todo bajo control se estaba esfumando, o quizás era un aviso de que ya no debía existir más.

SEGUNDO MES
El segundo mes no fue mejor, incluso los vértigos y molestias se marcaron aún más. Veía doble todo el tiempo, sentía estar inclinada incluso echada y me aislé por completo en casa. Dejé de salir a caminar, y si lo hacía debía hacerlo con alguien de la mano y eso me hacía sentir débil. ¿Tonterías no? Necesitaba siempre ayuda para hacer las cosas y las fatigas mentales empezaron a aparecer. Éste mes, probablemente fue el más difícil de todos. Me recomendaron pedir ayuda psicológica, porque me estaba sumiendo en la depresión y autocompasión. En mi ya no estaba preguntarme "¿Para qué yo?", sino todo era un "¡¿POR QUÉ YO?!. Cómo en un dos por tres dejé de ser la de antes, sin previo aviso. Yo no tenía nada de especial, no estaba sacando ningún provecho de ésto, y cada vez me sentía peor. ¡¿POR QUÉ YO?!

Recuerdo que a mitad de ese mes, es decir un poco más de un mes y medio de mi alta, sentí ese fondo que tocas cuando ya no puedes más. Conversé muchas veces con mi confesor, pero no fue hasta ese día que las cosas dieron un vuelco. Ya estaba cansada de quejarme, de llorar, de lamentarme, de sentirme poca cosa. Yo misma me había ocasionado eso, y estaba dejando de ver las pequeñas grandes mejoras que SI aparecían en mi. Me di cuenta que podía sacarle provecho a ese mal rato, y transformarlo en algo bueno. Yo podía ver a Mateo, tocarlo, conversarle, abrazarlo y besarlo. Podía acostarlo y sobretodo hablarle. Estaba viva para eso y si me lo permitía, para más. Sólo que de una manera diferente. Era lo que me tocaba vivir en ese momento y debía estar agradecida. Quizás más adelante, ésto le podía servir a alguien que estuviera atravesando lo mismo.

Un mes y medio del Alta, empezamos la verdadera recuperación

Empecé a darme una oportunidad. No estaba en mi 100%, pero hacer algo era mejor que estar tirada en cama. Empecé a hacer los ejercicios mentales y físicos (de kinder) que me recomendaron, agarré un poco de confianza para salir de a pocos, siempre con ayuda pero era eso o quedarme en casa. Con o sin malestar, hacía las cosas, porque repito TODO ESO ERA MEJOR QUE NADA.
Volví a trabajar en mi Fe y a ser sobretodo agradecida. Decidí ofrecer todas mis penas y malestares por los que realmente no podían hacer lo que yo, incluso por los que no tenían la oportunidad de estar vivos. Y todo empezó a tomar sentido. 
Siempre es mejor cuando haces algo por alguien más ¿verdad?.


Pinta libros: empezamos con crayolas gruesas
Pasamos a plumones y colores
Trabajos manuales, cortar y pegar
Coquitos y trazos
Juegos de mesa, para pasar tiempo con Mateo (y estimular a la mente)

Mi confianza, mi fortaleza y mi Fe era Dios. Empecé también a ver esas pequeñas grandes mejoras, trabajé como nunca en recuperarme, y si bien habían días de retrocesos, ya nada me paraba. Estaba sobre la marcha y debía seguir. Si habían mejoras entonces la cura estaba cerca. De eso estaba completamente segura. 
Mi familia siempre estuvo conmigo, nos unimos muchísimo más en el proceso, muchas personas oraron conmigo y por mi y eso me dio fortaleza. Entendí muchas más cosas sobre mi, mis prioridades, lo que quería en la vida, mis metas y sobretodo sabía que quería volver a ser mamá.

#Bebéabordo
Dos meses después de mi alta, nos enteramos que seria mamá otra vez. Y, aunque sentí mucho miedo, sabía que Dios me estaba dando una nueva oportunidad. Ya no luchaba sólo por mi, sino por ese pequeñin que crecía dentro de mi. Si yo quería que Mateo y él sean fuertes, yo debía de serlo por ellos. Y aquí estoy. Cuatro meses después, puedo decir que vencí a la Meningitis.

Quizás si tengo alguna que otra secuela por ahí, invisibles al ojo humano. Pero sobretodo tengo muchas ganas de vivir. De quejarme menos. De ser agradecida. No se si he comprendido por completo PARA QUE estoy viva, pero se que existe una razón y estoy en el camino de descubrirla.

Bendiciones,
Karla.


miércoles, 27 de noviembre de 2019

¿Qué Pasó y cómo fue? Lo que no conté aún...

Probablemente éste sea el Post más difícil, largo, entrañable y complicado hasta ahora.

No es fácil mirar hacia atrás y recordar lo que tu subconsciente quiere borrar.
Yo no recuerdo exactamente lo que pasó ni como fue esa noche. En parte, por el mismo estado de desorientación en el que me encontraba, pero además porque mi memoria se encapsuló y decidió olvidar todo. O al menos, así quiero pensar.

Pues bien, cómo les conté días atrás, me dio MENINGITIS BACTERIANA.
Y muchas personas me han preguntado por qué. "Seguro por que no comes bien" "Estás muy flaquita" "Seguro te contagiaste"... y muchas razones más que todos suponían.
Clínicamente hablando, estuve con las defensas bajas, anémica, nunca me vacunaron contra ésta enfermedad y pues me contagié. Así de simple.

Pero yo prefiero verlo con otra perspectiva.
Prefiero y me gusta pensar que Dios tiene un plan para mi y ésta una razón de ser.


Veámoslo así:
Imagínate que tienes todo en la vida (lo que realmente necesitas), pero no te has dado cuenta. Y de la noche a la mañana ¡PUM! todo se va. Incluidas las fuerzas para vivir.
Así me pasó.

Una tarde estuve en una fiesta infantil. Ese día me desperté, alisté y llevé a Mateo al cole, seguramente lo apresuré para no llegar tarde. No recuerdo qué desayuné y seguramente fue medido. Después fui al gimnasio como todos los días, regresé a casa y a recoger a Mateo. Es, finalmente, lo que hacía todos lo días. Así de monótono.

Mateo y yo estábamos en una Fiesta Infantil
Esa tarde sentí que me iba a resfriar. Me empezó a doler ligeramente la cabeza. No recordé sino hasta después, que toda esa semana sentía malestar de resfrío pero como mis días eran full, pues ni caso le hice.
No me apeteció nada de la fiesta y no disfruté de los dulces ni del Show.
Regresamos a casa, me abrigué porque sentía frío, vestí a Mateo y nos alistamos para ir a Misa. Todos en familia, como siempre quise.
Mi semblante ya no era el mismo, mis ánimos y concentración tampoco. Solo quería irme a casa, meterme en mi cama y dormir hasta el día siguiente.
Los minutos eran eternos. Mateo dormiría esa noche con mi mamá. A y yo tendríamos un tiempo para nosotros después de mucho tiempo. ¡Y no le podía fallar!
Pero, insisto, yo no era la misma. Ese pequeño dolor se volvió una migraña, sentía que me desvanecía y cada vez era menos soportable. Las náuseas podían más que yo y no podía hacer nada. La fiebre empezó a sofocarme al punto que decidí cambiarme de ropa. Hasta ahí...

Lo demás sólo son recuerdos, vanos recuerdos ya en la clínica, amarrada a cables, muchas agujas en los brazos y muchos gritos de mi parte. El diagnóstico y el pronóstico no eran buenos.

Así fue que todo pasó, sólo en un par de horas.
Desperté un día y medio después con ningún recuerdo de lo sucedido. Todo me lo contaron en segundos.
Yo quise saber más, pero recordarme e imaginarme así sólo hace que mis ojos se llenen de lágrimas. Por la cantidad de medicamentos y lo débil que estaba debía quedarme internada una semana (mínimo), aislaron a Mateo y lo pusieron en observación y no lo pude ver durante esos días.

El día del Alta (por fin vería a Mateo)

El mejor reencuentro
Ahora lo recuerdo todo y sólo me queda reír con un nudo en la garganta.
En ese momento creí que todo ya había pasado. Dios me había dado una nueva oportunidad y ya. A la vista no tenía secuelas graves, las enfermeras se sorprendían de mi rápida recuperación, la doctora me felicitaba por haber resistido el tratamiento, mi familia daba gracias a Dios por haber despertado.

Ni siquiera yo sabía que ese momento en el que desperté, ese momento en el que sentí que lo peor ya había pasado, sería sólo el inicio de todo... de toda la recuperación y la verdadera muestra de cuán fuerte podía ser.

Pero eso será en el siguiente capítulo.
Bendiciones,
Karla.

martes, 5 de noviembre de 2019

Día de todos los Santos - Dulces y disfraces

Hace un año decidimos cambiar un poco las tradiciones en casa. Desde el año pasado decidimos celebrar, mejor, el día de Todos los Santos.

Somos católicos, como muchas de las personas que nos leen, y sí, confieso que años atrás nos aprovechábamos del 31 de Octubre para disfrazar a Mateo y comer algunos dulces. Aprovechando que muchos aquí "celebran" Halloween. Nunca tuvimos una mala intención y tampoco nunca lo disfrazamos de algo terrorífico, simplemente era una buena excusa para ser parte de una tradición.

Pero aún sin una mala intención y sin ánimos de ofender a nadie, "esa" no es nuestra tradición ni costumbre. Mateo es un niño muy alegre y juguetón, y como todo niño quiere vivir cada etapa de la mejor manera. Sintiéndose parte de todo lo que sus amigos disfrutan y de todo lo que está de moda. Y nunca le hemos negado la opción de vivir así y de ser feliz.

Pero si existe una alternativa que como padres consideramos más sana y cuya causa es más noble, siempre se la vamos a ofrecer para que él sea capaz de vivirla, experimentarla y disfrutarla también.
En éste caso le contamos sobre la Celebración del Día de todos los Santos.

A sus cortos 5 años y medio, es capaz de entender muchas cosas y el por qué. No necesitamos bombardearlo de tantas creencias ni de tanta información. Pero así como le es fácil observar y aprender comportamientos, tendencia y actitudes, que están bien o no,  de otros niños y del mundo que lo rodea, también es capaz de entender y diferenciar el bien y el mal en base a valores que desde casa le inculcamos. Y hablamos de valores mas no de parámetros. 

Y por esa fecha, en la Iglesia a la que asistimos realizaron una fiesta para todos los niños, con la misma temática la cual consistía en disfrazarse de su super héroe favorito o ¿por que no? de algún Santo o Santa que ellos conozcan, recibir dulces y disfrutar de un lindo show infantil. 
Pensamos que por quinto año consecutivo sería el Hombre Araña o el Capitán América, al cuál nos tiene acostumbrados a todos en casa. Pero como es él, totalmente inesperado, éste año decidió representar a un Hermano Consagrado. Pero no a cualquiera y no de cualquier manera.

El super héroe de siempre

Éste Año
Aún me sorprende lo perspicaz y observador que es Mateo. Nos enumeró las características que observaba en él, como la de llevar una Tablet Ecualizadora en mano para manejar el Sonido. Me pidió se la hiciera de cartón para que estén igualitos. Y de la ropa o disfraz también nos encargamos. 
Al final nos divertimos y reímos tanto en el proceso, tanta maquetería en la Universidad me ayudó a cortar y pegar, y el resultado... pues sólo véanlo ustedes.

El Proceso

El Proceso

Reciclamos el cartón para la Nave de Paw Patrol

Resultado de la Tablet Ecualizadora

Mateo y el Hermano Raúl

Gracias por leernos y compartir experiencias con nosotros. La tolerancia y el respeto es mutuo, tanto para los decidimos celebrar o no una Festividad. Siempre hay alternativas mejores para mostrarle a nuestros hijos, que los ayuden a crecer más fuertes, nobles y fieles a su inocencia y corazón.

Bendiciones,
Karla.

lunes, 21 de octubre de 2019

Karla de Mamá Abeja

Había olvidado cuánto me gustaba escribir y por qué empecé a hacerlo.
El día a día y los mil quehaceres, la maternidad, el nuevo departamento, el trabajo y la familia me consumieron y decidí dar un paso al costado hasta tener algo nuevo que escribir.

Y AQUÍ ESTAMOS

La mayoría de cosas siguen igual aunque algunas han cambiado. 
Mateo ha crecido un montón, ya tiene 5 años y medio. Sabe escribir su nombre y apellido, ya casi no se sale de las líneas al pintar y sigue siendo el mismo pillo y ocurrente de siempre. Ya se sabe el Padre Nuestro y Ave María y su super héroe favorito sigue siendo el Hombre Araña. Le gusta mucho correr, jugar y dibujar, y se inventa historias sin igual.

Seguimos tratando de llevar un estilo de vida saludable, aunque confieso que a medida que crece Mateo, la situación se torna un poco más difícil. Pero NADA que una buena conversación no pueda controlar.

Hace poco enfermé mucho y tuve que dejar de hacer muchas cosas. Desde hace más de un mes mi medicina es el descanso. FULL DESCANSO. Y confieso que no es fácil. EN ABSOLUTO. Realmente me doy cuenta que soy para nada paciente, y a medida que la mejoría es mínima me vuelvo aún más impaciente. ¿Tiene sentido? 

Espero que "escribir" me ayude a salir adelante, que los días se sientan menos largos y a regresar de a pocos a mi vida de antes, pero para vivirla MUCHO MEJOR.

Bendiciones,
Karla.