Había olvidado cuánto me gustaba escribir y por qué empecé a hacerlo.
El día a día y los mil quehaceres, la maternidad, el nuevo departamento, el trabajo y la familia me consumieron y decidí dar un paso al costado hasta tener algo nuevo que escribir.
Y AQUÍ ESTAMOS |
La mayoría de cosas siguen igual aunque algunas han cambiado.
Mateo ha crecido un montón, ya tiene 5 años y medio. Sabe escribir su nombre y apellido, ya casi no se sale de las líneas al pintar y sigue siendo el mismo pillo y ocurrente de siempre. Ya se sabe el Padre Nuestro y Ave María y su super héroe favorito sigue siendo el Hombre Araña. Le gusta mucho correr, jugar y dibujar, y se inventa historias sin igual.
Seguimos tratando de llevar un estilo de vida saludable, aunque confieso que a medida que crece Mateo, la situación se torna un poco más difícil. Pero NADA que una buena conversación no pueda controlar.
Hace poco enfermé mucho y tuve que dejar de hacer muchas cosas. Desde hace más de un mes mi medicina es el descanso. FULL DESCANSO. Y confieso que no es fácil. EN ABSOLUTO. Realmente me doy cuenta que soy para nada paciente, y a medida que la mejoría es mínima me vuelvo aún más impaciente. ¿Tiene sentido?
Espero que "escribir" me ayude a salir adelante, que los días se sientan menos largos y a regresar de a pocos a mi vida de antes, pero para vivirla MUCHO MEJOR.
Bendiciones,
Karla.
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